China clásica: maravillas por descubrir

Los cinco «clásicos»

La estabilidad de la civilización china procede especialmente de su fidelidad a un único conjunto de obras «clásicas»: El libro canónico de los documentos (Shu King). Elaborado entre los s. XI y VII a. C., recoge discursos, edictos, anécdotas, biografías. Los más antiguos de estos documentos son casi contemporáneos al nacimiento de la escritura china, en el XII. Registran tradiciones que se extienden del 2500 al 700. El libro de la poesía (She King) es una antología de 305 poemas, compuestos del s. XI al VI, que habría sido dirigida por Confucio. Está formado por himnos religiosos y principalmente por canciones de amor, de factura simplísima. El She King ha sido el más prestigiado de los clásicos y sus poemas se han interpretado frecuentemente de manera alegórica. Viene a continuación El libro de las mutaciones (Yi King), un tratado de adivinación. Primavera y otoño (Chuen-tsie), también revisado por Confucio, nos transporta a los años 722-481. Finalmente, Memorias de los ritos (Li ki), un conjunto de escritos sobre el saber estar y los usos y costumbres de la vida cotidiana. De estas épocas remotas datan también dos obras de gran valor literario: Las elegías del país de Chu (Chu-tse), segunda antología de poesía china, recopilada en el s. II; y el Chuang Tzú, que celebra, con admirable prosa, el pensamiento taoísta (s. IV a.C.).

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