Del tramoyista al actor

Actor

Es el gozne sobre el que gira el teatro. Debe saber encarnar cien personajes distintos y, poco a poco, aprender a integrarse en su papel, en el transcurso de numerosos ensayos. También se enriquece con sus matizaciones personales y los hallazgos espontáneos. Frecuentemente, el director lo somete a duras pruebas, exigiéndole cualidades de cantante, de acróbata o de bailarín. Surge de los más distintos medios (desde la Escuela de Arte Dramático a los grupos de aficionados) y, si no pertenece a una compañía estable oficial, no tiene más que un precario estatus, algo a lo que sólo escapan las escasas estrellas.

Este sitio web utiliza cookies, propias y de terceros con la finalidad de obtener información estadística en base a los datos de navegación. Si continúa navegando, se entiende que acepta su uso y en caso de no aceptar su instalación deberá visitar el apartado de información, donde le explicamos la forma de eliminarlas o rechazarlas.
Aceptar | Más información