El Siglo de Oro en España

Una diversidad de formas

Una alcahueta facilita el amor entre dos jóvenes: en 1499, La Celestina, atribuida a Fernando de Rojas, con sus 16 actos llenos de realismo y sensualidad, es la primera gran obra del teatro renacentista. Un marco pastoril y las intervenciones divinas de Venus y Mercurio sirven de telón de fondo a los amantes infortunados Plácida y Victoriano (1513) de Juan del Encina. Bartolomé de Torres Naharro idea un sistema de representación dramática en la que distingue dos géneros: la comedia a noticia y la comedia a fantasía. La primera presenta elementos de la realidad, la segunda se nutre de lo imaginario y de las apariencias. Gil Vicente adapta novelas de caballería (Amadís de Gaula) y, sobre todo, en su Trilogía de las barcas, presenta una crítica de la sociedad. El teatro sagrado de los autos sacramentales (obras de carácter religioso) representa las inquietudes del alma y los vagabundeos del destino humano para dar mayor vigor a la fe.

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