En el país de los hielos perpetuos

La nieve se transforma en hielo cuando la temperatura desciende de cero grados y cuando, bajo efectos de la presión, se elimina el aire que separa los cristales. Esta transformación es muy lenta: exige varios centenares de años. El peso medio de 1 m³ de nieve recién caída es de 85 Kg, en tanto que el de 1 m³ de hielo oscila entre los 850 y 950 Kg. Los casquetes glaciares crecen a partir de que hayan quedado heladas las mesetas de gran altura, o bien por el atascamiento de un conjunto de montañas alpinas cuando se desarrolla de un modo excesivo el glaciar de algún valle. Este crecimiento puede proseguir hasta que el casquete llegue al tamaño de un continente, y así se produce un inlandsis. Un fenómeno de esta naturaleza se desarrolló en el norte de Europa y en América del Norte en el Cuaternario. Los inlandsis tienen un espesor de entre 2.000 y 3.000 m en el centro y se adelgazan hacia los bordes; su temperatura superficial es de unos —35°C de promedio y el conjunto del hielo se encuentra debajo de su temperatura de fusión, incluso a grandes profundidades, donde la presión es fuerte. Se trata de los «glaciares fríos», en los que los fenómenos del deshielo y de la nueva congelación tienen un papel poco importante. Los movimientos de los inlandsis son muy lentos. Sin embargo, en su interior se forman corrientes de hielo, más o menos comparables a los glaciares alpinos; esas lenguas de hielo van a «parir en la mar»: así nacen los icebergs. Los inlandsis, como los glaciares alpinos, tienen una zona de alimentación y una zona de ablación. La alimentación se efectúa a través de las precipitaciones de nieve (200 mm de agua en Groenlandia) y la ablación la causa la radiación solar, la temperatura a veces por encima de cero del aire, el viento y el nacimiento de los icebergs (de este modo, la Antártida pierde 260 Km³ de hielo por año). El equilibrio de masa de los inlandsis parece positivo en la Antártida (alrededor de 100 mm en equivalente de agua por año), así como en el norte de Groenlandia, donde la alimentación sobrepasa a la ablación.