INTRODUCCIÓN La necesidad de una clasificación de los cuerpos estudiados por la química, estaba en el orden del día en la segunda mitad del siglo XIX; aunque no tuviera la misma importancia que en zoología o en botánica, era preciso poner en orden los conocimientos. En forma simultánea, en 1869, Lothar, Meyer y Mendeleiev propusieron una clasificación fundada en la observación siguiente: las propiedades de los elementos se repiten periódicamente si éstos se clasifican por orden de masas atómicas crecientes. Un ejemplo: el volumen (o el radio) de un átomo varía periódicamente según la masa atómica del elemento. Si A designa la masa atómica relativa de un elemento (masa en gramos de un mol de NA átomos) y μ la masa de una unidad de volumen de este mismo elemento, el cociente: es el volumen de un mol de átomos; para un átomo se tendrá: Tomemos como abscisas, en una gráfica, las masas atómicas de los diferentes elementos y, como ordenadas, los volúmenes...