Finales del siglo XV: la Iglesia en tela de juicio

La cristiandad no da menos muestras de vida por el hecho de que el papado se aleje de su vocación primigenia. Después del exterminio de la herejía cátara en el s. XIII, la Inquisición continúa persiguiendo a todos los sospechosos de separarse de la religión oficial. Pero nuevas ideas intentan renovar la interpretación tradicional del mensaje de Cristo. Fundándose en las Sagradas Escrituras, el cisterciense Joaquín de Flora desarrolló toda una doctrina en la que se subrayaba el carácter provisional de la Iglesia de Roma, anunciándose el próximo advenimiento del reino de Dios. Estas teorías visionarias encontraron buena acogida en el seno del movimiento franciscano, que predicaba el espíritu de pobreza y la indiferencia ante los acontecimientos del mundo.