Inteligencia animal: algo más que instinto

La percepción del medio exterior

Los niveles psicológicos de los animales se pueden clasificar teniendo en cuenta sus relaciones con el mundo exterior y, por tanto, la constitución de su universo sensitivo. Los celentéreos, algunos moluscos, gusanos, etc., manifiestan una reacción mínima frente a los estímulos externos, su poder de integración es muy débil y su comportamiento sigue siendo muy elemental: los órganos sensoriales de estos animales, antiguamente llamados «apáticos», sólo les aportan informaciones poco precisas del mundo exterior, con excepción de las percibidas por los receptores táctiles y los quimiorreceptores. A partir de algunos moluscos y artrópodos, los órganos sensoriales receptores se hacen más precisos y aportan informaciones detalladas de la situación externa y de los objetos que componen el medio exterior. Estos animales perciben informaciones ante situaciones u objetos estimulantes. Hay que entender como percepción no «el hecho de recibir un estímulo y reaccionar de una forma adecuada» (Leibniz), pues en este sentido todas las respuestas adaptativas de los seres vivos a las excitaciones periféricas serían percepciones, sino la operación a través de la cual el individuo organiza sensaciones, las interpreta, las completa con recuerdos y las relaciona con el objeto estimulante exterior a él. El valor de un estímulo o de una situación estimulante compleja, o más bien su coeficiente de significación, depende de las circunstancias, del ambiente donde esté el animal.

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