La Ecología, desde la prehistoria hasta nuestros días

¿De dónde procede esta energía?

En un 88 por 100, de los combustibles fósiles no renovables: el carbón, el petróleo y el gas natural. Estas fuentes de energía no renovables -su reposición, una vez gastadas, es imposible- fueron acumuladas bajo tierra en un lentísimo proceso de millones de años. El consumo que de ellas estamos haciendo en unos pocos decenios -un período casi instantáneo en la escala geológica de tiempos- está esquilmando esa riqueza y privando a las generaciones futuras de una eventual utilización más racional. Además de su condición de recursos no renovables, los combustibles fósiles encierran una segunda "maldad" ambiental: al quemarlos se convierten en óxidos de carbono e hidrógeno (esencialmente dióxido de carbono y vapor de agua), y en muchos otros productos (otros muchos óxidos y moléculas orgánicas de todo tipo, más complejas) que constituyen una enorme cantidad de desechos sólidos, líquidos y orgánicos con los que no se sabe qué hacer y que, además, suelen ser por lo general muy dañinos para los seres vivos.

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