La kula, comercio del símbolo y del prestigio

Diferente de los intercambios comerciales, considerados como actividades indignas, la kula consiste en dar o en recibir objetos preciosos según leyes muy estrictas. En principio, la circulación de estas riquezas resulta ininterrumpida e inevitable. No se las debe conservar durante demasiado tiempo ni agraciar con ellas a otras personas que los compañeros designados en una determinada dirección (dirección brazaletes, dirección collares). La regla general según la cual «una vez en la kula, se permanece en ella para siempre» se aplica, a la vez, a los hombres y a los objetos intercambiados. Así, conchas preciosas pasan de mano en mano en un vasto circuito de varios millares de kilómetros de distancia. Tales objetos no son simples bienes de cambio. Algunos de ellos tienen un nombre, una personalidad y una historia. A pesar de que no son, por hablar con propiedad, destinatarios de una forma de culto, revisten una naturaleza sagrada. Sus propietarios provisionales los manipulan y los contemplan durante horas para adquirir sus virtudes.