La multiplicación de los géneros

En el cine, el crimen da beneficios

Al realizar Historia de un crimen (1901), Ferdinand Zecca da el primer ejemplo de un género nuevo: el filme negro y el policíaco. Poco a poco se disponen los «ingredientes» del género: crímenes, criminales y policías, envueltos en intrigas rigurosamente construidas para crear el «suspense». Las obras de Dashiell Hammett, y luego las de Raymond Chandler, contribuirán a la calidad de su inspiración. En los años treinta, la violencia que se apodera de las obras de novela policíaca americana corresponde, en realidad, a la que caracteriza el «medio» de ese país en plena expansión. El filme negro lo acusa. Después, la «receta» se complica y se diversifica: interpretados por Bogart, los detectives privados rivalizan con la policía, Hitchcock se erige en maestro del «suspense»: el filme negro posee mil originalidades y una intensa potencia creadora, razón de su supervivencia.

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