La ocupación de la Tierra

Un reparto muy desigual

La evolución de la humanidad prosigue con la aparición del Homo sapiens neanderthalensis, hacia el año -80.000 y luego con el Homo sapiens sapiens u hombre moderno, que invade poco a poco todo el planeta, cultivando la tierra y domesticando a los animales, abandonando paulatinamente su vida de cazador para convertirse en agricultor. Esta evolución va acompañada de una sedentarización y, paralelamente, de un aumento de la población. Se estima que la población de la Tierra en la antigüedad era de 250 millones de hombres; esta cifra alcanza los 500 millones a mediados del S. XVII, 1.000 millones en 1850, 2.000 millones en 1940 y en nuestros días supera ampliamente los 4.000 millones. Los 4/5 de la población del globo ocupan menos de l/5 de la superficie de los continentes. El hombre está prácticamente ausente en las regiones árticas y subárticas en las que reina un rigor climático excepcional; lo mismo ocurre en las tierras altas del continente asiático (como el Himalaya), en los desiertos áridos de Africa, Asia y Australia y, finalmente, en las zonas ecuatoriales de poca altitud, en las que abunda la vida vegetal, bacteriológica y animal. La mitad de la humanidad vive en la zona templada del hemisferio norte.

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