La protección de los cultivos

La lucha química contra los «depredadores» de cultivos se traduce, por lo general, en avances cuantitativos (mejores rendimientos) y cualitativos (productos de mejor presentación). Sin embargo, cuando esta lucha está mal planteada, puede producir consecuencias catastróficas, pues los productos químicos, diluidos en el momento de su utilización, se concentran progresivamente en los eslabones de las diferentes cadenas alimenticias de la planta, hasta el punto de alcanzar índices peligrosos para el ser humano y, a veces, también para el suelo (por acumulación de cobre y de azufre en los suelos vitícolas, por ejemplo). Por ello se han buscado otras armas menos peligrosas para acabar con los parásitos. La lucha biológica consiste en combatir un parásito desarrollando contra él otros parásitos que le den muerte y que, a la vez, sean menos nocivos para los cultivos. Es un método delicado y difícil de poner en práctica, pero los campesinos, preocupados por el equilibrio...

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