La revolución de la electrónica

Triodos y tubos de televisión

Los desarrollos de los tubos electrónicos han seguido de cerca a los estudios básicos sobre la emisión termoelectrónica efectuados a finales del s. XIX. Estos tubos se componen de un recinto de cristal, en el que se ha hecho el vacío provisto de un filamento que al calentarse emite electrones. Si se introduce un segundo electrodo en el recinto, éste atrae a los electrones cuando se le aplica un potencial positivo respecto al filamento, y los repele en caso contrario; de esta forma se ha obtenido un diodo de vacío, gracias al cual se puede regular la corriente alterna. Si se añade un tercer electrodo, mediante el cual se regula la corriente principal del tubo, se obtiene un triodo, que no sólo puede detectar una señal alterna, sino también amplificarla. En el triodo se opera una cierta ganancia de tensión, lo que permite hacer osciladores. Estos tubos pueden, pues, aplicarse a todas las funciones de la electrónica y, en particular, a la emisión y recepción de emisiones de radio o televisión. Hacia 1940 se vendían en los Estados Unidos tubos electrónicos por un valor aproximado de 400 millones de dólares por año. Actualmente, las lámparas han sido sustituidas por los componentes sólidos.

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