Las centrales solares: la conversión termodinámica

Temperatura y rendimiento

Una central solar o «heliotermoeléctrica» es, ante todo, una caldera en la que la combustión del carbón, del gas o del petróleo es sustituida por una aportación de energía solar. Esta caldera solar sirve para calentar un fluido «caloportador» que transportará hasta el generador de electricidad (un motor térmico acoplado a un turboalternador) el calor necesario para el funcionamiento de éste. En esta sucesión de operaciones el factor más importante es la temperatura del fluido caloportador. Cuanto más elevada sea, mejor será el rendimiento del motor térmico. Las primeras centrales heliotermoeléctricas comercializadas por el mundo utilizaban como fluido caloportador el agua caliente a 90 °C, obtenida mediante simples receptores planos, semejantes a los que equipan las casas solares. En esas condiciones sólo puede convertirse en electricidad del 1 al 2 por 100 del calor recibido, lo cual es muy poco. Sin embargo, en Africa y en América Central se han instalado varias decenas de esas centrales, destinadas a impulsar bombas. Su potencia por unidad es de algunos kilovatios.

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