Las estrellas, luces del cielo

Una clasificación muy definida

Es igualmente fácil ver que las estrellas tienen colores diferentes: unas son azules, otras rojas, nuestro Sol es amarillo. Estas diferencias de color están ligadas, esencialmente, a la temperatura en la superficie de la estrella. Son esferas de gas y brillan porque están calientes y, como todos los cuerpos calientes, son rojas a temperaturas relativamente bajas (unos 3.000 °C), y azules a temperaturas más altas (20.000 °C); nuestro Sol, amarillo, tiene en la superficie una temperatura media de 6.000 °C, aproximadamente. Por último, las estrellas parecen más o menos brillantes. En la Antigüedad los hombres las habían clasificado, según su brillo, en estrellas de primera magnitud, de segunda magnitud, etc. El principio de esta clasificación ha sido conservado y definido de manera más rigurosa en términos de esas magnitudes. Según la escala de las magnitudes que traduce la sensación de brillo percibida por el ojo, las estrellas de cada magnitud brillan 2,5 veces más fuertemente que las estrellas de la magnitud sucesiva. Así, las estrellas de magnitud 1 tienen un brillo 2,5 veces mayor que las estrellas de magnitud 2, etc., y 100 veces más alto que las estrellas de magnitud 6. Las únicas estrellas visibles a simple vista son las de magnitud menor o igual a 6. La estrella más brillante del cielo nocturno es Sirio (magnitud – 1,6). Nuestro Sol (magnitud – 26,8) tiene un brillo que es unos 10.000 millones de veces mayor que el de Sirio.

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