Las formas tradicionales del teatro en Extremo Oriente

Los orígenes del teatro chino deben buscarse en las ceremonias religiosas de la antigüedad (danzas litúrgicas), pero no hay que despreciar el papel desempeñado por los saltimbanquis, los acróbatas y los titiriteros. Los primeros textos de carácter puramente teatral no aparecen hasta la invasión mongola y la dinastía de los Yuan (en Pequín, en los S. XIII y XIV). Se trata de una especie de óperas, dramas en cuatro actos con coros cantados y entremeses coreográficos. Bajo los Ming (S. XVI), el teatro se traslada al sur de China y se convierte, sobre todo, en una diversión cortesana. Esta escuela, llamada de Kun que gusta de las piezas refinadas, especie de moralidades mágicas. A finales del S. XVIII, hay un retorno a la vena popular, de donde surgirá el teatro de Pequín, que es, al mismo tiempo, un compendio y un conservatorio de las formas del teatro clásico chino. Todo ello responde a convenciones estrictamente fijadas. Los trajes, que se remontan en su totalidad a la dinastía de los Ming, indican la clase social y el carácter del personaje. La música es siempre esencial, tanto si acompaña el canto como si define algunos momentos de la acción. A un lado del escenario se coloca una orquesta de unos diez músicos (flauta, vihuela de arco de dos cuerdas, oboe y numerosos instrumentos de percusión). El repertorio de la ópera de Pequín, que ilustra principalmente temas sacados de la historia china, comprende piezas literarias en las que el canto ocupa un lugar importante y piezas guerreras en las que la acrobacia es la atracción principal.