La línea más larga Por aquellos años, la línea más larga del mundo (123 Km) era la Linz-Budweis, terminada en 1832 y con tracción de caballos. En Gran Bretaña y Estados Unidos, se construyen auténticas redes sobre la costa del Atlántico, pero sin una planificación de conjunto, a la inversa de la red ferroviaria tendida en Bélgica, país que cuenta, desde 1843, con 560 Km de líneas. En 1850, Gran Bretaña, Bélgica, Francia y Alemania disponen de una red de ferrocarriles estructurada y se constituyen en Europa comunicaciones ferroviarias internacionales: además de la penetración de las líneas belgas en Francia (de poca extensión todas) y de las líneas francesas y alemanas en Suiza, las de largo recorrido permiten unir Viena con Berlín y Varsovia.