Las razas: origen, selección y mejora

Las razas de los animales domésticos, tal como los conocemos hoy, se han formado a partir de pequeños grupos que se han considerado superiores desde el punto de vista genético. El hombre ha aislado progresivamente a grupos de animales, dándoles unas características determinadas que distinguían a un grupo de otro. Por ejemplo, un tipo de animal (color, configuración, tipo, etc.) que respondía a las necesidades y gustos del ganadero, se convertía, poco a poco, mediante la selección, en el tipo predominante del lugar (región, pueblo, provincia, etc.). El intercambio de animales de un rebaño a otro también ha contribuido a la formación de razas, aunque, en muchos casos, el seleccionador haya preferido elegir a los reproductores exclusivamente en su propio rebaño, practicando con ello el «imbreeding» o consanguinidad. Los ingleses y luego los franceses del s. XVIII introdujeron la selección consanguínea, los libros genealógicos y el pedigrí de los animales seleccionados.