Las técnicas que asisten a la tripulación

La cabina de pilotaje de un avión moderno, por su complejidad, ilustra con claridad el papel esencial de todas y cada una de las técnicas que asisten a la tripulación. El piloto y el copiloto, colocados el uno al lado del otro de cara al parabrisas, disponen de mandos dobles (palanca o volante y pedales), quedando en medio de ambos las manivelas de regulación del gas de los motores y los aerofrenos. Los instrumentos de vuelo de los aviones de transporte tienen una eficacia prácticamente absoluta, debida a su funcionamiento electrónico. El altímetro es un barómetro fundado en la disminución de la presión del aire en función de la altitud, mientras que el radioaltímetro, más preciso, funciona como un radar dirigido hacia el suelo. El horizonte artificial indica la posición del avión con relación al horizonte natural, y el indicador de viraje permite controlar la inclinación lateral que debe acompañar al giro para evitar derrapes en el aire. El indicador de velocidad mide la velocidad del avión a partir de las variaciones de presión debidas al desplazamiento de éste. Las emisoras y receptores de radio mantienen a la tripulación en constante comunicación con las diferentes estaciones de tierra, y con la torre de control cuando se inicia la aproximación al aeropuerto. Los radares de a bordo sirven para detectar frentes de tormenta y para vigilar el espacio circundante.