Los grandes precursores

De la teoría a la práctica

Tsiolkovski vive en la región forestal de Koluga, donde se gana la vida como maestro de escuela. Lejos de todo centro científico, elabora por sí solo, en unos años, los cálculos fundamentales de la astronáutica, formula los principios de los cohetes modernos con sus motores propulsados por combustibles líquidos. Gran teórico, es también un visionario. Según él, «la Tierra es la cuna de la humanidad, pero no se puede vivir siempre en la cuna». Dicho de otro modo, la expansión del hombre en el Cosmos es inevitable. Durante toda su vida, Tsiolkovski se consagrará a la astronáutica y a la reflexión sobre el futuro espacial. A partir de 1917, la importancia de sus ideas será reconocida en la recién surgida Unión Soviética, y, seguidamente, en el mundo entero.

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