.grande {-webkit-box-shadow: 1px 1px 5px 0px rgba(0,0,0,0.75);-moz-box-shadow: 1px 1px 5px 0px rgba(0,0,0,0.75);box-shadow: 1px 1px 5px 0px rgba(0,0,0,0.75);border-radius: 5px 5px 5px 5px;-moz-border-radius: 5px 5px 5px 5px;-webkit-border-radius: 5px 5px 5px 5px;border: 0px solid #000000;}.grande img {margin-top:10px;height: auto;width: 100%;}.grande .piedefoto {font-size:80%;margin-top:0.5em;margin-right:0.5em;margin-bottom:30px;text-align:left;font-style:italic;line-height:110%;padding: 10px;} Situados entre el sur de las montañas Rocosas y el norte de México, los territorios de los «pueblos» ocupaban inmensas llanuras que podían tener hasta casi 2.000 m y, en muchos lugares, se abrían hacia valles profundos, bordeados de abruptos acantilados que se extendían, desiertos, sobre millares de kilómetros cuadrados. Los «pueblos», pueblo de agricultores, tenían que ocuparse también de su seguridad, y, para protegerse de las incursiones de sus enemigos, algunos de ellos...