Los nuer: ganaderos por vocación

La utilidad del ganado es primordial

La leche es uno de los elementos principales de la alimentación de los nuer. Está considerada como necesaria para ser feliz y mantenerse saludable. Se estima a la vaca en función de su producción, y al ternero, por la calidad lechera de su madre. La leche la consumen fresca, sobre todo los niños, que siempre resultan los principales agraciados en la distribución, cuajada, o en forma de queso conservado en calabazas cerradas herméticamente con ayuda de boñiga de vaca. A pesar de su gran afición por la carne, los nuer no matan a sus animales más que en épocas de hambruna o para honrar sus sacrificios rituales. Cuando una res muere, dicen que «los ojos y el corazón se entristecen, pero los dientes y el estómago se alegran". De tal manera, en cualquier caso es evidente que las reses acaban todas por ser comidas, bien sea sacrificadas o después de que han perecido de muerte natural. Como otros pueblos del Africa Oriental, los nuer sangran a sus animales. La sangre sirve de bebida complementaria en estación seca, o se consume como condimento del guiso o cocinada a la brasa. El ganado, por último, es también la principal materia prima. Las pieles se utilizan para las yacijas, los tambores, las bolsas, los collares y las cuerdas; y las cerdas de la cola, para los ornamentos. Los huesos son transformados en pequeños útiles, y los cuernos en cucharas o en arpones. Los excrementos se utilizan como combustible, como emplasto para las heridas o como revestimiento de muros. La orina, finalmente, sirve para cuajar la leche y el queso, para curtir las pieles y para lavarse las manos y la cara.

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