Montaigne: la mejor regla de vida

Un contemporáneo del mundo antiguo

Michel de Montaigne nació en 1533, cerca de Burdeos. Tuvo por lengua materna no el francés, sino el latín; aficionado a la música, se inició al griego jugando. Así se formó un hombre que pertenecía plenamente al mundo antiguo. Después de sus estudios de Derecho, en 1557 fue nombrado consejero del parlamento de Burdeos, donde entabló una viva amistad con su colega La Boétie. La muerte de este humanista, enamorado del ideal estoico, constituyó para Montaigne un definitivo desvanecimiento del mundo. A pesar de ello, se casó y asumió diversas misiones políticas para el monarca francés. A partir de 1571 vivió habitualmente retirado en su castillo, donde compuso los dos primeros libros de los Ensayos (1580). Viajaba por Alemania e Italia cuando recibió, sin demasiado entusiasmo, su nominación como alcalde de Burdeos. Después de dos mandatos, recuperó con placer su delicioso retiro y multiplicó las aportaciones a su libro: la edición de 1588 incluye infinidad de añadidos y un tercer libro. Un ejemplar de esta edición, conservado en Burdeos, comporta toda clase de apuntes autógrafos. Este ejemplar sirve de base, desde 1906, a todas las ediciones de los Ensayos.

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