Una arquitectura para la guerra

El castillo protector

Centro de gobierno y de defensa, el castillo medieval simbolizaba tanto el poder del señor sobre sus súbditos como su responsabilidad hacia ellos. Este edificio, punto fuerte de un feudo, servía de refugio a la población en peligro. Por esta razón se construía en la cima o en las afueras del pueblo o de la ciudad. A cambio de esta garantía de seguridad, los súbditos ofrecían tributos al señor, le pagaban impuestos y le juraban fidelidad. Cuando los cruzados utilizaron el castillo para combatir a los infieles, éste se convirtió en fortaleza. Construido en la cima de un promontorio, servía para vigilar los puntos estratégicos. Hacia 1350, Europa Occidental se llenó de construcciones de piedra: todas las ciudades estaban protegidas por espesos muros, las más importantes poseían su castillo; y los puntos estratégicos, puentes, desfiladeros y fronteras estaban defendidos por obras militares.

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