Van Eyck: las pieles y el cristal

La leyenda pretende que Jan Van Eyck inventó la pintura al óleo hacia 1420, en Flandes. Lo que se puede afirmar con certeza es que él llevó a su punto de perfección esa técnica que se había expandido con rapidez por toda Europa. A diferencia de la yema de huevo o la cola, utilizadas en la pintura a tempera para unir los polvos de colores, el óleo diluido es fluido, brillante y translúcido. Esta pintura permite que el pincel se deslice con libertad, no altera los pigmentos y produce unos cuadros brillantes. Van Eyck perfeccionó la técnica de la transparencia que, por superposición de capas de colores transparentes y ligeros, permite combinar los tonos hasta el infinito y otorgarles una intensidad profunda. Pero, sobre todo, fue un gran artista porque supo poner su maestría técnica al servicio de una visión poética del mundo. En sus cuadros, no sólo la Virgen y los santos, sino también los contemporáneos del pintor, graves e inmóviles con sus pesadas vestimentas de...

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